Navegando en un Imoca

Hace unos dias tuve la oportunidad de navegar en un auténtico Imoca 60, no me preguntéis no como ni porque, pero el caso es que me invitaron a una mañana de navegación en un , un barco diseñado para navegar de verdad, para dar la vuelta al mundo en solitario (o con tripulación de dos), un barco preparado para aguantar los cuarenta rugientes o los cincuenta aullantes. Un pedazo de barco, a fe mía.




El caso es que tuvimos suerte, y nos salió un día de esos de fuerte viento, hasta casi 40 nudos que es mucho y que en otro barco cualquiera casi que nos hubiera hecho quedarnos en tierra, o sin casi. Pero es que esta bestia parda ha sido concebida precisamente para eso: fuertes vientos y a navegar. Y eso es lo que hacía, se mantenía perfectamente, no se notaba forzado en absoluto y navegaba como si llevase una turbina bajo el casco. Brutal. Si nos hubiera salido un día con una ligera brisa de 6-7 nudos, nos hubiéramos aburrido.




Tuve la ocasión de coger la caña un rato (todos los que ibamos a bordo lo hicimos un poco). Teniendo en cuenta que hace como 3 o 4 años que no cogía un timón, la verdad es que ha sido como coger el volante de un coche del Paris-Dakar sin haber conducido desde hace años. Las sensaciones, fuertes.



A ver si pasa menos tiempo antes de volver a navegar un poco. Si es que no nos queda tiempo para nada

Para acabar, un pequeño video de la experiencia



Taotra

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