La noche de los tiempos
Llevo leyendo este libro desde Navidad: 958 páginas de un libro no excesivamente adictivo que me han costado dos meses de lectura. Se nota que ya no leo tanto como antes, y que ahora para avanzar deprisa con un libro éste tiene que 'picarme'. No es el caso de esta novela de Antonio Muñoz Molina, aunque a pesar de ello me ha gustado. Bastante, a ratos al menos.
El inconmensurable Borges no escribió ninguna novela, al parecer opinaba que todo lo que podía contarse en una novela se podía condensar en un cuento o historia corta, sin irse por las ramas como en una novela, y que no hace falta explayarse en contar en varias páginas lo que hay en una mesa. Esta novela de Muñoz Molina es a la vez la confirmación y el desmentido de esta opinión, porque es cierto: si no se fuera por las ramas de esa manera, posiblemente lo que sucede en el libro (la acción de las cosas que suceden) se podría contar en 10 o 15 páginas. Bien poco tiene lugar.
Pero eso no es lo que hace que este libro sea más o menos bueno, la trama no es compleja y se adivina ya en las primeras páginas. Al menos yo. Lo que hace que este libro tenga algo interesante es lo bien que el autor logra dibujar al personaje principal, Ignacio Abel. Casi que podrías decir con seguridad cómo reaccionaría ante cualquier circunstancia de la vida. Es un personaje profundo, con luces y sombras, capaz de lo mejor y lo peor, con angustias y alegrias, amores y desamores. Completo, vamos, una persona que podría ser real.
He leido libros en los que los personajes son planos, limitados, sin ninguna complejidad. Se agradece cuando lees un libro en el que el protagonista tiene algo más de profundidad.
El segundo componente de interés de la novela es el background de la trama: los meses turbios de antes y después del inicio de la guerra civil. De nuevo, Muñoz Molina le ha dedicado esfuerzo a la composición de un entorno creible. Aquellos días de asesinatos políticos, quema de iglesias y discursos tuvieron que ser terribles, y se transmiten realmente bien en el libro. Es casi lo mejor de la novela, para mi gusto. Se nota que el autor se ha documentado bien.
En resumen, un buen libro. En mi opinión no llega a la altura del gran El jinete polaco, el cual creo que no solo es el mejor libro de Muñoz Molina sino de los mejores de la literatura española reciente. No obstante, es un buen libro.
Eso sí, ya podía haberlo escrito en unas cuantas páginas menos.
El inconmensurable Borges no escribió ninguna novela, al parecer opinaba que todo lo que podía contarse en una novela se podía condensar en un cuento o historia corta, sin irse por las ramas como en una novela, y que no hace falta explayarse en contar en varias páginas lo que hay en una mesa. Esta novela de Muñoz Molina es a la vez la confirmación y el desmentido de esta opinión, porque es cierto: si no se fuera por las ramas de esa manera, posiblemente lo que sucede en el libro (la acción de las cosas que suceden) se podría contar en 10 o 15 páginas. Bien poco tiene lugar.
Pero eso no es lo que hace que este libro sea más o menos bueno, la trama no es compleja y se adivina ya en las primeras páginas. Al menos yo. Lo que hace que este libro tenga algo interesante es lo bien que el autor logra dibujar al personaje principal, Ignacio Abel. Casi que podrías decir con seguridad cómo reaccionaría ante cualquier circunstancia de la vida. Es un personaje profundo, con luces y sombras, capaz de lo mejor y lo peor, con angustias y alegrias, amores y desamores. Completo, vamos, una persona que podría ser real.
He leido libros en los que los personajes son planos, limitados, sin ninguna complejidad. Se agradece cuando lees un libro en el que el protagonista tiene algo más de profundidad.
El segundo componente de interés de la novela es el background de la trama: los meses turbios de antes y después del inicio de la guerra civil. De nuevo, Muñoz Molina le ha dedicado esfuerzo a la composición de un entorno creible. Aquellos días de asesinatos políticos, quema de iglesias y discursos tuvieron que ser terribles, y se transmiten realmente bien en el libro. Es casi lo mejor de la novela, para mi gusto. Se nota que el autor se ha documentado bien.
En resumen, un buen libro. En mi opinión no llega a la altura del gran El jinete polaco, el cual creo que no solo es el mejor libro de Muñoz Molina sino de los mejores de la literatura española reciente. No obstante, es un buen libro.
Eso sí, ya podía haberlo escrito en unas cuantas páginas menos.
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